16 septiembre 2017/
  • Por juanfernandezugr
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Lo primero que debemos examinar es el etiquetado, es importante que la miel no proceda de mezclas y más importante aún, su procedencia.
La miel sin procesar tiende a ser opaca y, dependiendo de la variedad, cuentan con un color oscuro o claro.

Por raro que parezca, las mieles más puras tienen impurezas naturales (polen, pan de abeja, cera, etc) y tienden a solidificarse creando cristales (vease ¿Qué es la cristalización?, arriba) La miel pura es por definición muy densa. Tanto que en condiciones de poca humedad puede llegar a atrapar burbujas en su interior dando lugar a una capa de burbujas de aire en la parte superior del bote.

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